El trámite se llevó a cabo ante el Juzgado en lo Civil y Comercial N° 17.

Publicado el: 10 enero, 2025 Publicado por: Riso Comentarios: 0

La Justicia de La Plata se expidió sobre la sucesión de los bienes y propiedades del cuádruple homicida Ricardo Alberto Barreda, condenado a prisión perpetua por asesinar a escopetazos en 1992, en su vivienda de calle 48 entre 11 y 12, a sus dos hijas, su esposa y suegra.

El trámite se llevó a cabo ante el Juzgado en lo Civil y Comercial N° 17, que esta semana dio a conocer una declaratoria de herederos. La resolución llevó la firma de su titular, la jueza Sandra Nilda Grahl.

A diferencia de otros litigios similares, en este caso, los “legítimos” herederos de los mentados “bienes de familia” son parientes lejanos del condenado y de las víctimas. De hecho, en el expediente quedó plasmado que hubo varios familiares que no se presentaron a reclamar, como la línea parental ligada a las abuelas. De allí que los derechos de representación y renuncia influyeron en la composición final de los herederos, según se informó en los tribunales.

En un tramo del resolutorio, Grahl tuvo en cuenta “particularidades únicas”, como la simultaneidad de los fallecimientos y la aplicación del Código Civil de 1980, vigente al momento del caso.

En rigor, la jueza ponderó la llamada teoría de la conmoriencia, que supone que todas las víctimas fallecieron al mismo tiempo. De ese
modo, se deniega todo derecho hereditario entre ellos. Vale aclarar que Barreda ya había sido declarado, en vida, “indigno” de heredar cualquier bien de su esposa, hijas o suegra, dejando al resto de los familiares la posibilidad de reclamar.

En ese marco, se puntualizó que en términos hereditarios los bienes en litigio pasen a sus sobrinos. En el caso de la esposa de Barreda, Gladys Mac Donald, los familiares también cedieron el patrimonio a los parientes colaterales de su madre, Elena Arreche. Además, la simultaneidad de las muertes, confirmada por la teoría de la conmoriencia, implicó que ni las hijas de Mac Donald ni su madre pudieron ser consideradas herederas entre sí. Esa circunstancia fáctica derivó en que los primos hermanos de Mac Donald asumieran los derechos sobre sus bienes.

Asimismo, como Adriana y Cecilia Barreda, las hijas de Barreda, no poseían descendencia al momento de sus homicidios, entonces sus
bienes se distribuyeron entre sus tías abuelas, quienes inicialmente figuraban como herederas directas. Pero a la vez, las tías abuelas incurrieron en
la renuncia tácita de la herencia a partir del incumplimiento del plazo legal de 20 años para reclamarla. Eso también llevó a que los bienes tuvieran como destino familiares lejanos.

De acuerdo a las constancias judiciales, la sucesión para cada uno de los fallecidos fue: de Elena Arreche sus sobrinos Irma Luisa Fernández ArrecheDora Elena Julián Arreche Hugo Enrique Fernández Arreche, este último en representación de su madre fallecida, Juana María Arreche.

Con respecto a Gladys Elena Margarita Mac Donald, sus herederos son sus primos hermanos Hugo Enrique Fernández ArrecheIrma Luisa Fernández Arreche Dora Elena Julián Arreche.

De Adriana Barreda, una de las hijas del odontólogo, sus herederas son sus tías abuelas Graciana Nélida Arreche y Luisa Isabel Arreche. Y de la otra hija del cuádruple homicida, Cecilia Barreda, sus herederas son sus tías abuelas Graciana Nélida Arreche y Luisa Isabel Arreche.

El próximo paso en el expediente será la inscripción de los bienes heredados. Eso posibilitará a los ahora declarados herederos disponer de los inmuebles y activos que en vida pertenecieron a las víctimas.

Vale recordar que Barreda, fallecido en 2020, cuando estuvo a punto de salir del presidio, estando en libertad condicional, había intentado reclamar por la casona de 48 donde el 15 de noviembre de 1992 masacró a su familia. Eso llevó a que se impulsaran ciertos movimientos y presentaciones en la causa civil a los fines del trámite sucesorio.

Además, en 2012, la Legislatura bonaerense sancionó la Ley 14.431, que ordenó el proceso expropiatorio. Si bien el trámite inició en 2017, las actuaciones no han tenido otros movimientos.

En un momento se propuso en debates legislativos que la casona pase a formar parte del patrimonio edilicio de la ciudad, con un claro mensaje contra la violencia de género. No obstante, eso no llegó a concretarse, así como los denominados herederos legítimos tampoco han recibido compensación alguna por su expropiación.

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