En La Plata, decenas de jóvenes esperaron durante horas frente a una casa de deportes para dejar su currículum. La escena, repetida en distintas ciudades del país, refleja el derrumbe del empleo y el agotamiento de un modelo económico que no da respiro.
Decenas de jóvenes hicieron este miércoles una fila de más de dos cuadras sobre la calle 12 de La Plata para entregar su currículum en la casa de deportes Star Deportes, que había lanzado una convocatoria laboral. El local, ubicado entre 59 y 60, recibió durante toda la mañana una multitud que esperaba bajo el sol para conseguir una oportunidad.
“Estamos esperando hace rato para entregar nuestro currículum”, contó una joven estudiante, que aspira a uno de los pocos puestos ofrecidos. En la fila, que llegaba hasta 13 y 59, había personas de entre 17 y 40 años. A pesar de que la entrega de la documentación era rápida, la cantidad de postulantes desbordó todas las previsiones.
Si, como dice el refrán, “para muestra basta un botón”, la postal platense habla por sí sola: la necesidad de empleo es hoy uno de los rostros más duros de la crisis.

El derrumbe del consumo, la pérdida del poder adquisitivo y el alza constante de los precios golpean con fuerza. A esto se suman cierres de fábricas, despidos y suspensiones que agravan la situación de miles de familias trabajadoras.
La falta de oportunidades, especialmente entre los más jóvenes, empuja el malhumor social y erosiona la confianza en el Gobierno nacional, que sigue sin mostrar señales de cambio en su política económica.
Un reciente informe de la consultora Focus Market registró una caída del consumo del 6,3 por ciento interanual, con un desplome del 7,9 por ciento respecto a agosto.
A la vez, la deuda de los hogares ya alcanza al 90 por ciento de las familias, con una morosidad creciente que expone la distancia entre los salarios que suben en escalera y los precios que lo hacen en ascensor.
La fila de Star Deportes no fue solo una búsqueda de empleo: fue una postal del presente argentino, donde miles esperan —pacientes, esperanzados o resignados— por una oportunidad que no llega.
