Se cumple el 97° aniversario del nacimiento del cardiocirujano platense. Tripero de corazón, fue reconocido mundialmente por haber desarrollado la técnica de bypass coronario con empleo de la vena safena.
Un 12 de julio de 1923 nacía René Favaloro. Nacido en el barrio “El Mondongo” fue hijo de un carpintero –Manuel— y de una modista –Ida Raffaelli–. Favaloro ingresó a la Facultad de Medicina de Universidad Nacional de La Plata a fines de los años 30.
Realizó su residencia en el Hospital Policlínico de la capital bonaerense, donde vivió durante dos años de forma muy austera entre los pacientes que atendía, hasta que se recibió en 1949.
A poco de graduarse, le llegó una carta de un tío, quien vivía en la localidad de Jancito Aráuz, en la zona desértica de La Pampa, en la cual le contaba que en se pueblo de 3500 habitantes se necesitaban médicos.
Junto con su hermano Juan José, puso en marcha un centro asistencial y logró reducir la mortalidad infantil en la zona, al igual que las infecciones en los partos y la desnutrición, todo gracias a campañas de difusión sanitarias que realizaba con la ayuda de las Iglesias, las escuelas y las instituciones intermedias.
En ese entones, Favaloro volvía una vez por año a La Plata, donde además de presenciar algún partido de Gimnasia, el club de sus amores, aprovechaba sus visitas para ponerse al día en materia de conocimientos médicos.
La cirugía toráxica era uno de los temas que más le interesaban, y lo entusiasmaba la idea de viajar a Estados Unidos con el propósito de nutrirse de los últimos avances en materia de intervenciones cardíacas.
Tras 12 años como médico rural, se traslada a Cleveland, y tras trabajar en el tratamiento de las afecciones vasculares comienza a interesarse, en 1967, por la utilización de la vena safena en las intervenciones coronarias.
La estandarización de esa técnica sería conocida como bypass, y sus especificidades serían publicadas en 1970 en revistas especializadas de los Estados Unidos.
En 1971, Favaloro retorna al país con el deseo de crear una clínica de alta complejidad similar a los centros asistenciales en los que había trabajado en el exterior.
Cuatro años más tarde nace la Fundación Favaloro, donde se formaron más de 450 residentes provenientes de las provincias argentinas y de los países de Latinoamérica.
En 1980, creo el laboratorio de Investigación Básica, dependiente del área de formación de la Fundación, y sobre la base de esta experiencia se creó en 1998, la Universidad Favaloro.
La Fundación atendía afecciones que iban más allá de lo cardivosaculares, y recibía pacientes que eran derivados desde diversas obras sociales.
En 2000, ese emprendimiento médico de excelencia que había creado ese doctor formado en el campo y nacido en los barrios más postergados de su ciudad, acarreaba una deuda de 18 millones de dólares.
El 29 de julio de ese año, se encerró en el baño de su casa y se pegó un tiro en el corazón, hundido en una profunda depresión y “cansado de luchar y galopar contra el viento, como decía Don Ata (en referencia a Atahualpa Yupanqui)”, decía en una de las siete cartas en las que intentaba explicar su decisión.