La firma se dedica a desarrollar un innovador sistema de detección de antígenos o componentes virales para el diagnóstico de enfermedades respiratorias.
El presidente de la UNLP, Martín López Armengol, firmó la resolución que estableció la creación formal de Logia Biotech, la primera empresa de base tecnológica con origen en la casa de altos estudio platense.
La firma se dedica a desarrollar un innovador sistema de detección de antígenos o componentes virales para el diagnóstico de enfermedades respiratorias. De esta forma, la UNLP da un paso más en su política estratégica de crear empresas que producen servicios y productos con alto valor agregado y con base en investigaciones del ámbito universitario.
Se trata de una empresa fundada por Martín Rumbo y Guillermo Docena, director y vicedirector respectivamente del Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos (IIFP), organismo de doble dependencia entre la UNLP (Facultad de Ciencias Exactas) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Logia Biotech es un emprendimiento mixto que también está integrado por la empresa socia Bioars, de capitales privados y encargada de comercializar el desarrollo en el mercado interno y en América Latina, Italia y Francia.
“El funcionamiento de estas empresas produce un círculo virtuoso donde el sistema de innovación de la UNLP impulsa y acompaña a sus investigadores a desarrollar emprendimientos productivos”, destacó López Armengol. “Los investigadores pueden proseguir en su proyecto innovador con los avances que crearon en la Universidad, sumar más profesionales y capacidades, obtener rendimientos económicos y, al mismo tiempo, continuar con su trabajo docente enriquecido por la experiencia empresarial”, prosiguió.
“En definitiva, es una forma de transferir los resultados de la investigación del laboratorio a la sociedad con su consecuente impacto en el empleo, la innovación y el desarrollo tecnológico”, resaltó el titular de la UNLP.
Durante la pandemia los investigadores del IIFP desarrollaron anticuerpos monoclonales para componentes del SARS-CoV-2 que luego se usaron en varios dispositivos de otras empresas e incluso de otras EBT, como Bamboo Biotech, también con origen en la Facultad de Ciencias Exactas. “La pandemia identificó a Exactas como una Facultad que tiene un compromiso ineludible con la salud entendida como derecho humano”, sostuvo Mauricio Erben, rector de esa unidad académica, quien agregó que “el aporte de Logia apunta a mejorar el sistema productivo con desarrollos importantes para la salud de la población”. Y subrayó: “Es transferencia de conocimiento a la sociedad”.
En tanto, el prosecretario de Vinculación Tecnológica de la UNLP, Gonzalo Márquez, valoró “la importancia estratégica de estos proyectos de encontrar un nexo entre la generación del conocimiento y el sector productivo nacional”. En esa línea, Márquez añadió que “las EBT creadas en la Universidad responden a una estrategia de poder escalar los proyectos que se basan en investigaciones científicas, sobre todo innovadoras” y que tienen impacto en sectores como la salud, el agro, la nanotecnología y la biotecnología.
La unidad de investigación y desarrollo creada en el IIFP se encarga del desarrollo de un sistema de detección de distintas enfermedades respiratorias virales en una misma muestra. “Actualmente tenemos un sistema de diagnóstico de COVID, y estamos desarrollando un prototipo similar de sistema de diagnóstico de distintos virus respiratorios sincitiales, de influenza y COVID, lo que se llama multiplex. Todo en una misma muestra y con un único dispositivo. Es innovador, no existe en el mundo algo así”, destacó Docena.
La creación de Logia, con base en el conocimiento generado en el IIFP y cuyo trabajo se potenció durante la pandemia, le permite a los investigadores avanzar y transferir su desarrollo a privados y públicos, algo que no podían hacer como Instituto de Universidad y CONICET. Al mismo tiempo, el desarrollo de Logia produce nuevos recursos para el Instituto, la Universidad y el CONICET.
“En el Instituto hace años que venimos haciendo servicios y transfiriendo desarrollos, pero no productos para vender por cuestiones reglamentarias. Entonces, por eso se crea esta EBT como si fuera un brazo del Instituto que puede vender lo que este produce”, detalló Docena. “Sin la EBT, trabajamos y generamos recursos para la Universidad y el CONICET. Tras la pandemia, para aprovechar ese desarrollo necesitábamos vender para que otro privado o público pueda también hacer otros desarrollos paralelos al nuestro. Es un aporte que antes no teníamos”, remarcó.
Vale recordar que en agosto de 2022, el Consejo Superior aprobó la ordenanza 301 que estableció el régimen para impulsar la creación de Empresas de Base Tecnológica con origen en la UNLP. Estas empresas spin-offs tienen la particularidad de ser promovidas por miembros de la comunidad universitaria y sus productos o servicios con alto valor agregado para la sociedad requieren el uso de conocimientos obtenidos en el ámbito de la Universidad.
La ordenanza regula el procedimiento para fomentar la creación de este tipo de empresas desde la Universidad y fija los aportes que la UNLP realiza a los distintos emprendimientos y su eventual participación en estos. Entre los principales aportes, la casa de estudios promueve la incorporación de becarios en iniciativas empresariales, brinda asistencia durante el periodo de incubación para consolidar la constitución de la EBT y puede resolver que las mayores dedicaciones del personal docente se cumplan afectadas a las actividades que demande la empresa.
De esta manera, esta política impulsa a los emprendedores e innovadores de la UNLP para que integren su sistema científico-tecnológico y su vinculación con el entramado productivo en pos del desarrollo, poniendo a su disposición el dispositivo de infraestructura, equipamiento y de producción de conocimientos.