La "Villa" derrotó 3-0 a Flándria y logró mantenerse en la B "Metro".
En un final de Clausura no apto para cardíacos, Villa San Carlos logró asegurar su continuidad en la Primera B Metropolitana. Con un contundente triunfo por 3-0 ante Flandria y la derrota de Cañuelas, el Celeste dejó atrás una campaña marcada por la irregularidad y la incertidumbre.
Los goles de Ignacio Oroná, Alejo Lloyaiy y Matías Samaniego sellaron la victoria que necesitaba el equipo para alejarse de los puestos de descenso. Pero la verdadera celebración llegó desde Campana, donde Villa Dálmine derrotó a Cañuelas y condenó al Tambero a jugar la próxima temporada en la Primera C.
Con 38 puntos en 38 partidos, Villa San Carlos finalizó una temporada con un balance muy irregular: ocho victorias, 14 empates y 19 derrotas. A pesar de la clasificación asegurada, los números dejan en evidencia las dificultades que atravesó el equipo a lo largo del año.
La campaña 2023 estuvo marcada por una serie de cambios en el cuerpo técnico. Leandro Martini no pudo encontrar la fórmula para levantar al equipo, y su sucesor, Lucas Licht, tampoco logró estabilizar el rendimiento. Fue recién con la llegada de Pablo Miranda, un ídolo histórico del club, que Villa San Carlos encontró un poco de aire.
Ahora, con la permanencia asegurada, el club deberá encarar un receso cargado de desafíos. La dirigencia tendrá la tarea de conformar un nuevo cuerpo técnico, con experiencia y capacidad para llevar al equipo a un nuevo nivel. Además, se espera una renovación importante en el plantel, con la salida de algunos referentes y la incorporación de nuevos jugadores.