Los padres de los chicos que asisten a una Casa del Niño dependiente de la Municipalidad de La Plata temen su cierre por la no renovación del alquiler.
Un nutrido grupo de padres está alarmado por el posible cierre de una Casa del Niño de La Plata que alberga a 140 chicos. Se trata de un espacio importante para quienes necesitan un lugar donde dejar a sus hijos mientras trabajan.
La Casa del Niño de Lisandro Olmos, un centro socio-pedagógico que depende de la Municipalidad de La Plata, corre el riesgo de cerrar ante la no renovación el contrato de alquiler del inmueble donde funciona. El centro lleva más de 20 años brindando atención a chicos de entre 2 y 11 años.
Este espacio es vital para las familias de la zona, en su mayoría trabajadores que necesitan dejar a sus hijos en un lugar seguro mientras cumplen con sus jornadas laborales. Los padres destacan la calidad de la atención que reciben los chicos, lo que les permite trabajar tranquilos.
Hace unos 15 días, los papás comenzaron a organizarse al enterarse de la posibilidad de cierre. La incertidumbre crece, ya que este centro es esencial para un montón de chicos que quedarían sin un lugar al que asistir. “El lugar es alquilado por la Municipalidad y aparentemente no renuevan el contrato. La Casa del Niño funciona hace más o menos 20 años”, explicó Adrián, uno de los padres que sigue de cerca la situación.
Si bien este medio consultó a fuentes municipales por la situación, hasta el momento no hubo respuestas. La ausencia de una voz oficial deja a los padres con más preguntas que certezas, ya que temen que el cierre se concrete sin que se haya encontrado una alternativa para los chicos.
La lucha por la Casa del Niño de Lisandro Olmos
Esta no es la primera vez que la Casa del Niño enfrenta una amenaza de cierre: en 2019, el centro estuvo al borde de desaparecer cuando los nuevos dueños del inmueble decidieron no renovar el alquiler. En ese entonces, la comunidad se movilizó para evitarlo, pero la incertidumbre nunca desapareció del todo ante la falta de un espacio fijo, ya que el centro sigue dependiendo de un alquiler que podría no renovarse nuevamente.
En 2014, se aprobó la construcción de una sede propia para el centro, pero el proyecto nunca se concretó. Esto dejó a la institución dependiendo de un alquiler que ahora está en peligro. Los padres esperan que, esta vez, se encuentre una solución definitiva para evitar el cierre y asegurar el futuro del centro.