El intendente Julio Alak firmó el decreto que creó el registro en el que se deben anotar los comedores para recibir la ayuda alimentaria de la Comuna.
La Municipalidad de La Plata oficializó en diciembre la creación del Registro Municipal de Comedores Comunitarios y la puesta en marcha de la Tarjeta Alimentar Platense, un programa que tiene como objetivo asistir a los comedores que estén registrados y también a vecinos en situación de extrema vulnerabilidad.
La medida se da en medio de la crisis alimentaria que atraviesa el país y la ciudad. La ayuda alcanza hoy a un total de 240 beneficiarios.
Las dos iniciativas, que fueron oficializadas por los Decretos N° 2.932 y N° 2.934, tuvieron como objetivo ordenar y transparentar la ayuda alimentaria que brinda el Municipio y que está a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social.
La tarjeta ya se aplicaba en la gestión anterior pero, según apuntan en el Ejecutivo, no estaba claro “con qué criterios” ni “por cuánto tiempo” se asignaba la ayuda. Por esto, se definió crear el Registro Municipal de Comedores, Merenderos y Espacios de Cuidados Comunitarios (Remucom) para sistematizar la información.
¿Cómo se podrá acceder a la Tarjeta Alimentar Platense?
Ahora, los comedores deben estar anotados en el registro para poder acceder a la Tarjeta Alimentar Platense. La Comuna les asigna distintos montos en función de la cantidad de beneficiarios que asisten a comedor o espacio comunitario: la ayuda puede ser de $80.000, $130.000 o $180.000.
El crédito es depositado al titular del comedor en una tarjeta del Banco Provincia que solo se puede usar en comercios que venden alimentos. Cada tres meses deben rendir cómo gastaron ese crédito. Si se rinde por un monto menor o se realizaron gastos no autorizados por el programa, por ejemplo, bebidas alcohólicas, la tarjeta es dada de baja.
“En la Municipalidad ya existía la tarjeta. Encontramos una base de datos en la que había 15.000 personas cargadas, pero no logramos encontrar ni cuáles eran los criterios con los que se asignaba esa tarjeta, ni logramos detectar por cuánto tiempo se asignaba, ni tampoco cómo se rendían los gastos”, contó el secretario de Desarrollo Social municipal, Nicolás Carvalho.
“Lo que descubrimos era que mayoritariamente las personas que cobraban las tarjetas eran personas que se decían responsables de comedores. Entonces, continuamos el pago, pero generamos el registro de comedores por decreto. Ahora, lo que tiene que hacer una persona que tiene un comedor, sea vinculada a la iglesia, a un club, a una organización, es registrarlo y decir puntualmente cuánta gente va a comer en ese comedor, quiénes son los que van a comer, las nóminas de personas, qué días dan de comer, qué equipamiento tiene”, explicó y remarcó: “Lo importante, sobre todo en política social, es eliminar la discrecionalidad política en el criterio de asignación de la asistencia pública y que haya criterios estrictos de asignación”.
El funcionario precisó que cuando asumieron había 120 beneficiarios que cobraban la ayuda y que ahora se duplicó ese número alcanzando a 240, entre responsables de comedores y familias en situación de extrema vulnerabilidad social. “Estamos trabajando muy fuerte en personas con discapacidad, niños, niñas, adolescentes y adultos mayores. Son tres grupos vulnerables que requieren atención específica. Y en algunos casos de salud mental, si bien no es estrictamente vinculado a Desarrollo, también damos asistencia para complementar tratamientos”, contó Carvalho y aclaró que están trabajando en una reglamentación específica que defina los criterios para atender a las personas en situación de indigencia en el distrito.