Este viernes comienza el juicio por la desaparición y muerte de Johana Ramallo, que tiene en la mira a una red que operaba en la Zona Roja de La Plata.

El juicio oral por la desaparición y muerte de Johana Ramallo comenzará este viernes en La Plata. Ocho personas están imputadas por trata, narcotráfico y explotación sexual. La investigación apunta a una red criminal que operaba en la Zona Roja y se valía de la vulnerabilidad de sus víctimas para someterlas.
Johana fue vista por última vez el 26 de julio de 2017. Desde entonces, la investigación transcurrió en dos fueros distintos, sin que se hayan esclarecido las causas exactas de su muerte. En agosto de 2018, partes de su cuerpo fueron halladas en la costa de Berisso. En octubre de 2023, el expediente fue parcialmente elevado a juicio por delitos vinculados a la explotación sexual y el tráfico de drogas.
¿Quiénes son los imputados que van a juicio oral?
Entre los acusados se encuentra Carlos “Cabezón” Rodríguez, señalado como uno de los principales líderes de la organización. Enfrenta cargos por narcotráfico, facilitación de la prostitución, encubrimiento y falso testimonio.

Hernán D’Uva Razzari también está imputado por explotar sexualmente a su pareja, además de encubrimiento agravado y falso testimonio. Junto a ellos, otros tres hombres –Hernán Rubén García, Carlos Alberto Espinosa Linares y Mirko Alejandro Galarza Senio– serán juzgados por comercio de estupefacientes y explotación económica de la prostitución ajena.
A su vez, tres mujeres conocidas como “Las Viejas” también se sentarán en el banquillo. Se trata de Celia Benítez, apodada “La Negra” o “La Misionera”; Paola Erika Barraza, conocida como “Tormenta”; y Celia Giménez, extestigo clave en la causa por la desaparición de Miguel Bru. Todas están acusadas de explotar económicamente a mujeres en situación de prostitución.
La estructura criminal que operaba en La Plata
De acuerdo al expediente judicial, la banda criminal operaba en la Zona Roja platense entre 2016 y 2017. La organización se valía del suministro de drogas y del aprovechamiento de la situación de vulnerabilidad de las víctimas para captarlas y someterlas.
El grupo estaba dividido en tres facciones: los llamados “8/40”, que controlaban y vigilaban a las mujeres con la excusa de protegerlas, retenían sus ingresos y lucraban también con la venta de drogas; “Las Viejas”, por su parte recorrían la zona, cobraban por las “paradas” y ejercían violencia e intimidación; y un tercer grupo suministraba estupefacientes como forma de dominación, generando deudas que las víctimas solo podían saldar prostituyéndose.
Una muerte que busca claridad en la Justicia
La querella sostiene que Johana fue víctima de femicidio, aunque hasta ahora no se ha incorporado al expediente ninguna prueba científica concluyente. La única referencia a un posible crimen proviene del entonces jefe de la morgue policial, Javier Grubisa, quien aseguró que las partes del cuerpo halladas estaban desmembradas por acción humana, aunque nunca explicó los fundamentos de esa afirmación.
Siete años después de la desaparición de Johana, el juicio podría arrojar luz sobre una de las causas más conmocionantes de los últimos años en La Plata, marcada por la violencia de género, la posible trata de personas y la impunidad.