Luego de semanas de conflicto, salarios adeudados, planta paralizada y denuncias de vaciamiento, los empleados confirmaron que una firma privada se mostró interesada en comprar la acería. La posible operación podría sostener más de 50 fuentes laborales, aunque todo dependerá de una auditoría que se realizará en los próximos días.

Publicado el: 5 noviembre, 2025 Publicado por: Riso Comentarios: 0

El conflicto en Acerías Berisso sumó un capítulo inesperado en las últimas horas. Mientras continúa el reclamo de los trabajadores por sueldos adeudados y el incumplimiento de la conciliación obligatoria, un grupo empresario se acercó a la planta y manifestó su intención de adquirir la fábrica. La noticia encendió una luz de esperanza en medio de un escenario marcado por la incertidumbre y el temor al cierre definitivo.

Durante la jornada del lunes, los trabajadores, acompañados por familiares y vecinos, se movilizaron hasta la sede del Ministerio de Trabajo de la Provincia para exigir el pago de los salarios atrasados y el respeto a la conciliación obligatoria que, aseguran, la firma actual viene desconociendo desde hace seis días. Aseguran además que la planta, ubicada en 128 entre 4 y 5, se encuentra paralizada y que comenzó un proceso de vaciamiento de materiales y maquinarias.

En ese contexto, este martes los empleados confirmaron que una empresa mostró interés real por adquirir Acerías Berisso y garantizar la continuidad de los puestos de trabajo. Según pudieron saber, la firma tuvo contacto directo con los trabajadores y expresó su voluntad de avanzar con la compra, aunque dejó claro que antes se deberá realizar una auditoría interna de la planta.

“Sería una gran noticia para nosotros”, señalaron desde el sector obrero, y remarcaron que la auditoría se hará con participación de los trabajadores, quienes sostienen la toma pacífica del predio para impedir la salida de equipamientos y materiales. La operación, sin embargo, todavía no está cerrada y dependerá del estado real de la fábrica y de la situación legal de la empresa actual.

El conflicto lleva meses. Todo comenzó en abril, cuando la compañía dejó de pagar salarios. La situación se agravó hasta que, el 6 de octubre, los trabajadores llegaron a la planta y la encontraron paralizada. Desde entonces, mantienen una retención de tareas y permanecen en el lugar para impedir el vaciamiento, además de exigir una solución meditada por el Ministerio de Trabajo bonaerense y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).

En audiencias previas, la empresa había presentado un plan de readecuación que implicaba sostener sólo 30 de los más de 50 empleos, lo que fue rechazado por los trabajadores. A ello se suman denuncias por intentos de desalojo y agresiones durante jornadas de protesta. La tensión escaló aún más cuando, en la última reunión virtual, el representante de la firma abandonó la mesa sin acuerdo, incumpliendo nuevamente la conciliación obligatoria.

Mientras tanto, la producción continúa detenida. La posible llegada de un nuevo grupo empresario aparece como la primera señal concreta de una salida, aunque todavía queda un proceso largo: revisión de la planta, negociación legal y definición del futuro productivo. Los trabajadores esperan que no sea sólo un anuncio, sino el principio de una solución que garantice la continuidad de las fuentes laborales en Berisso.