Ante la constante contaminación en el humedal urbano, los vecinos pidieron por una limpieza pero al municipio de Berisso se le fue la mano y hoy es tierra arrasada.
A través de un comunicado, vecinos de Berisso manifestaron su preocupación por una limpieza que realizó el municipio sobre el humedal urbano del Canal Génova. Plantean que “se hizo una limpieza excesiva de la vegetación de la costa del mismo”.
El Canal Génova es un humedal urbano de gran importancia que conecta con el delta del Río Santiago. Según datos de biodiversidad aportados por Julio Milat (director del Museo Ornitológico y Centro de Interpretación Ambiental), el canal cuenta con más de 60 especies de aves, coipos, lagartos overos y una gran cantidad de plantas acuáticas.
“Es patrimonio cultural e histórico de nuestra ciudad y un ecosistema importantísimo, como así también cuestionado y maltratado. Como todo humedal, presenta una flora espontánea y natural que cubre todas las orillas y actúa como corredor de biodiversidad y hábitat de su fauna asociada”.
Los vecinos que integran el VACHUG (Vecinos Autoconvocados Humedal Urbano Génova) plantearon que “continua el ataque sistemático al humedal urbano Génova”. El grupo surgió durante el Aislamiento Social Preventivo y Oblitaroio (ASPO) en la Ciudad de Berisso ante “mutilaciones en el arbolado público urbano y el arrasamiento del humedal urbano Génova”.
El Canal Génova nace en la entrada del Partido de Berisso, a la altura de la localidad de Villa Arguello, como un incipiente hilo de agua del Arroyo del Saladero. Su ensanchamiento coincide con el comienzo de la Avenida Génova –de allí su nombre-, a partir de la cual se consolida y extiende paralelamente por unos 2 Km hasta conectar –mediante otros canales- con el Río de la Plata.
Para el grupo vecinal, “existen muchos focos problemáticos y/o contaminantes en este ecosistema, como por ejemplo la conexión de desagües cloacales a los pluviales, la construcción de la compuerta a la altura del Puente Tres de Abril que cortó el flujo natural de la subida y bajada del río y qué no está automatizada, y el hecho de que muchos vecinos toman a dicho ecosistema como un basural, siendo el destino de escombros, bolsas, plásticos, botellas”.
A principios del 2020, el municipio de Berisso comenzó con una limpieza del Canal y sus alrededores, que perdura hasta la actualidad, según plantearon los vecinos preocupados por el humedal.
“La misma está siendo llevada a cabo sin ningún plan de manejo ni personal capacitado e idóneo en el tema. Los procedimientos de esta limpieza se basan en eliminar toda la biodiversidad, la vegetación ribereña, sus camalotes, sus aves y otros animales como el coipo (roedor herbívoro originario de Sudamérica, inofensivo) al que muchos vecinos confunden con ratas, transformando este valioso sitio en una zanja cloacal maloliente. Tuvimos que presenciar la aparición de una gran cantidad de coipos muertos, atacados por perros y pisados por autos, porque al haber perdido su hábitat quedaron en estado de vulnerabilidad extrema sin lugares donde esconderse. Tortugas acuáticas sin posibilidades de desovar, ya que sus territorios fueron invadidos y arrasados, cómo así también aves despavoridas que ya no eligen habitar ni visitar lo que queda de este humedal”, describieron.
También contaron la peregrinación realizada desde enero 2020, a la actualidad, tiempo en el que hablaron con los cooperativistas que ejecutaron gran parte de los trabajos, con los responsables de las cooperativas, con los funcionarios de las áreas competentes y con el intendente municipal de Berisso, a quien le entregaron un plan de manejo de humedales urbanos elaborado por otro grupo ciudadano Salvemos el Monte de Berisso.
“Cuando parecía que en ciertos sectores del humedal la naturaleza volvía a renacer, avistándose la vegetación espontánea de los márgenes que tanto protegemos como así también su fauna asociada, entre ellas, abejorros, mariposas, tortugas, aves, lagartos y coipos. Pero desde hace semanas, la situación volvió a foja cero; cooperativistas que bajan a las laderas del Canal a arrancar toda la vegetación espontánea, exterminando nidos y cuevas pero dejando todos los residuos”, agregaron.