La editorial EDULP publicó el libro titulado Fungi en el que se puede observar la obra de arte de la UNLP

Publicado el: 25 agosto, 2021 Publicado por: Julian I Comentarios: 0

Se trata de una serie de fotos que fueron arruinadas por hongos y que la UNLP decidió transformar en arte. Refleja la acción de los hongos y del mundo fungi, y cómo resultó transformarse en un hecho artístico y de valor científico.

Todo comenzó con el descubrimiento de alrededor de 700 diapositivas enmohecidas y deterioradas, olvidadas en interior de un bebedero de caballos, en el viejo hospital escuela de la Facultad de Ciencias Veterinarias. A partir de este hallazgo los científicos de la UNLP hicieron un importante trabajo que duró más de 3 años para transformar en arte lo que parecía no tener uso.

Los autores de esta verdadera obra de arte fueron: el artista plástico y audiovisual, Darian Witon; la Licenciada en Filosofía y fotógrafa, Ángela Tettamanti; la microbióloga médica veterinaria y docente, Romina Della Vedova; y la bióloga y docente de la Facultad de Ciencias Veterinarias,Verónica Amor.

Tettamanti, una las autoras de la publicación, se manifestó al respecto: “El libro materializa el trabajo de rastreo, recuperación y selección de un cúmulo de fotografías que, enmohecidas y deterioradas, dieron lugar a nuevas imágenes como consecuencia de la intervención de distinta clase de hongos. Ellas son un retrato en movimiento del tiempo, una imagen vacilante, ya que representan la captura momentánea de una figura que, como todo proceso biológico, continúa mutando”.

Witon, trabajador no docente de la facultad, remarcó que “las ciencias veterinarias y biológicas fueron anfitrionas de la experimentación y búsqueda en las imágenes sobre las que los fungis se sentaron -literalmente- a comer”.

En ese sentido, el artista recordó: “Lo primero que apareció fue una caja de viejas diapositivas, eran fotografías de placas de vidrio de las antiguas que se hacían con cámara de fuelle numeradas, pero discontinuas. Esa fue la punta del ovillo que nos hizo preguntarnos dónde estaba el resto. Posteriormente, pudimos dar con un buen número de placas fotográficas en un box de caballos del Viejo Hospital Escuela; que había sido destinado como depósito luego de la mudanza al Nuevo Hospital Escuela. Allí, literalmente flotando en un bebedero de caballos, se hallaban un par de estas maletas repletas de diapositivas y, en una caja aparte, un gran número de placas fotográficas con sus correspondientes sobres numerados, de los cuales sólo unos pocos contaban con alguna referencia muy escueta”