Todo ocurrió cuando pidieron ayuda a la caseta de Plaza San Martín y Yanina corrió para auxiliar a la beba que se estaba ahogando.

Publicado el: 2 junio, 2022 Publicado por: luis Comentarios: 0

Yanina Villarreal, integrante de la Guardia Urbana local, le salvó la vida a una criatura que se estaba ahogando. El hecho ocurrió pasadas las 18 de este miércoles, en uno de los locales de la Galería San Martín.

En diálogo con la prensa, Villarreal relató que en ese momento se encontraba dentro de la caseta de seguridad de Plaza San Martín, cuando de repente escuchó los gritos del personal de seguridad de la galería.

“Salimos corriendo, todavía no sé cómo cruce 7 y llegué hasta el fondo de la galería. Fue todo adrenalina”, contó. Y agregó: “Cuando llegué la beba estaba morada, la mamá es la dueña de un local. Era todo angustia, todos lloraban y gritaban. Lo primero que hice fue hacerle RCP y luego la di vuelta para hacerle la maniobra de Heimlich”.

Luego de estas maniobras, la beba empezó a vomitar y logró respirar para tranquilidad de su mamá y los presentes. “Fue una emoción muy grande. En el momento no caí de lo que había pasado pero cuando salí de trabajar, llegué llorando a mi casa y abracé a mis hijas”, subrayó.

En medio de la alegría por salvar la vida de Emma, personal de la Guardia Urbana solicitó la presencia del SAME, quienes decidieron trasladarla al hospital de Niños. “Está en observación y creo que mañana voy a verla en el local de madre. Se ahogó cuando estaba amamantando y se quedó dormida, se ve que debe haber querido tragar todo de una y no pudo”, comentó Villarreal.

Lo cierto es que la historia de Yanina Villarreal puede entrar tranquilamente a la categoría de “heroína sin capa”. “La verdad que fue todo muy emocionante. Había que actuar y pude hacerlo gracias a los cursos que hacemos en la Guardia Urbana”, concluyó.

En tanto, en las redes sociales compartió una breve publicación de lo sucedido en la tarde del miércoles y agradeció el accionar de todos sus compañeros para sacar la situación adelante. “Me saco el sombrero, los abrazos entre nosotros sin decir una palabra fue suficiente para entender que hicimos bien el trabajo y salvamos una vida”, remarcó.