Los delincuentes asaltaron una constructora ubicada en el quinto piso del tradicional edificio de oficinas de 7 y 51. Aún se encuentran prófugos.
Este lunes por la mañana se conoció la noticia del ataque boquetero ocurrido en pleno centro de La Plata, con delincuentes que se llevaron un importante botín. Según se especula, el hecho habría ocurrido durante el fin de semana en una empresa constructora ubicada en el quinto piso del tradicional edificio de oficinas de 7 y 51.
Según indicaron fuentes policiales, los implicados entraron a un departamento que está vacío hace años, sin la necesidad de forzar accesos, y después ingresaron a las oficinas de una constructora rompiendo una pared muy fina, aparentemente de durlock. Luego, se apoderaron de una suma de dinero en efectivo que, de acuerdo a la información recabada, rondaría los 500.000 pesos.
El hecho se conoció en las primeras horas de la jornada, cuando las calles del centro de la ciudad se alteraron por la presencia de móviles policiales, que se acercaron ante la denuncia de un robo bajo la modalidad de “boqueteros” en el edificio de la esquina platense. Tras los trabajos realizados por la Policía Científica, las autoridades le indicaron a este medio que se vieron sorprendidas por las bajas medidas de seguridad con las que contaba el inmueble.
En esa línea, destacaron que la constructora no poseía alarma y es por eso que no se enteraron de lo ocurrido hasta este lunes. Vale remarcar que las dependencias de la constructora no fueron las única en las que actuaron los delincuentes. En ese quinto piso también funcionan oficinas administrativas del bloque del Frente de Todos en la Legislatura bonaerense y hacía allí también irrumpieron los intrusos, aunque en se caso no se detectó ningún faltante.
Los delincuentes habrían entrado por la planta baja -donde no hay ningún obstáculo-, accedido al quinto piso por el ascensor e irrumpido en un departamento vacío, ubicado hacia el fondo del edifico. Desde allí y a través de una pared delgada, accedieron a la constructora y a la oficinas legislativas, para luego escapar con el dinero.