Después de 13 años, el Lobo le ganó el clásico al Pincha. Con un resultado de 2 a 1 logrado por Cristián Tarragona y Alan Lescano.
El domingo 19 de marzo, en el Estadio Juan Carmelo Zerillo se jugó el clásico platense entre Gimnasia y Esgrima La Plata y Estudiantes de La Plata. Para sorpresa de algunos y alegría de muchos otros, el Lobo venció 2 a 1 al Pincha con goles de Alan Lescano y Cristian Tarragona.
El clásico comenzó con demoras debido a que varios hinchas tapaban las cámaras y se encontraban subidos al alambrado. Además, en el banco de Estudiantes los asientos se encontraban llenos de sal gruesa por lo que decidieron no sentarse hasta que no limpiaran. Por estas razones, Facundo Tello, árbitro del partido, comenzó el encuentro quince minutos después de lo pautado.
Durante los primeros 4′ del encuentro, el marcador le daba esperanzas al Pincha con un gol de Mauro Boselli. Esto despertó al Lobo que intentó a puro corazón dar vuelta el primer tiempo pero no lo logró. Sin embargo, el equipo de “los pibes” dirigidos por Sebastián ‘Chirola’ Romero arrancaron con fuerza el segundo tiempo y rompieron con la racha de 13 años sin victorias en un clásico para su equipo.
A los 10′ del segundo tiempo, Lescano hizo el primer gol que puso en el corazón de todos los triperos la esperanza. Gimnasia defendió la segunda parte del encuentro a pura garra y a los 38′ Tello cobró penal para el Lobo por una jugada de Luciano Lollo contra Eric Ramírez.
Con el penal a favor del equipo local, fue Tarragona quién remató sobre el ángulo superior derecho y marcó el 2 a 1 que hizo temblar al Bosque. Ese resultado fue el que rompió con años de mala racha y le devolvió la alegría al pueblo Tripero.
“Porque La Plata siempre fue Tripa”:
En un acto casi poético el pueblo Tripero volvió a invadir el campo de juego pero a diferencia de aquella noche que llenó de tristeza al Lobo, dónde se perdió a un hincha como Lolo Regueiro, este domingo fue de pura alegría.
Mientras tanto, los jugadores triperos invadieron la conferencia de prensa para cantar a puro pulmón como verdaderos hinchas.