Videos que registraron los usuarios de redes sociales muestran las nubes de estos insectos
A fines de diciembre y durante las primeras semanas de enero, una ola de mosquitos de la especie Aedes albifasciatus afectó a distritos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y a la Ciudad de Buenos Aires.
En las últimas horas las alarmas se han vuelto a encender, ya que después de la ola de calor y las intensas lluvias, estos insectos aparecieron otra vez en distritos del norte y el conurbano bonaerense.
Este mosquito, que habita en zonas rurales o periurbanas, se mueve en colonias de gran cantidad de individuos, es más agresivo en la picadura y, además, es vector de la Encefalomielitis Equina del Oeste (EEO), enfermedad que afecta a varias provincias – en territorio bonaerense circula en 30 distritos – y por la que han muerto siete personas.
En tanto, las tormentas con precipitaciones copiosas que producen anegamientos y encharcamientos temporarios, contribuyen a la proliferación de esta especie de mosquito, llamada “de la inundación” o “plaga”, ya que justamente el agua puede avivar los reservorios de huevos que hayan quedado en zonas secas y en estado de latencia.
María Victoria Micieli, doctora en Ciencias Naturales y directora del CEPAVE (Centro de Estudios Parasitológicos y Vectores), explicó a DIB que “las lluvias generan los sitios de cría, inundan los terrenos anegables, que en general son terrenos bajos, de las afueras de la ciudad, y son los charcos de inundación que vemos, por ejemplo, a lo largo de la autopista Buenos Aires – La Plata”. En esa línea, apuntó que “los mosquitos detectan estas zonas bajas, ponen los huevos, y si los charcos secan esos huevos van a quedar en seco y pueden estar meses hasta que otra lluvia inunde nuevamente la zona y se produzcan grandes criaderos”.
Sobre esta posibilidad de supervivencia que tienen los huevos de esta especie durante tiempo prolongado, la especialista indicó que “hay investigaciones que determinan cuánto puede vivir ese huevo en seco y es un año, incluso más”.
De este modo, las intensas lluvias que se han registrado desde la semana pasada en todo el territorio bonaerense es posible que hayan reavivado los criaderos de esta especie de mosquito.