En medio de la recesión, la inflación persistente y los conflictos sociales, el presidente Javier Milei convirtió la presentación de su libro en un show musical con tono político. Hubo cánticos contra el kirchnerismo y mensajes ideológicos mientras miles de argentinos enfrentan la crisis.

Publicado el: 7 octubre, 2025 Publicado por: Riso Comentarios: 0

En un país golpeado por la recesión, la caída del poder adquisitivo y la falta de respuestas a los conflictos sociales, el presidente Javier Milei encabezó un acto multitudinario en el Movistar Arena que mezcló música, discursos políticos y provocaciones. La excusa fue la presentación de su nuevo libro, La Construcción del Milagro, pero el evento tuvo más de mitin partidario que de lanzamiento editorial.

Acompañado por funcionarios y diputados convertidos en banda de rock, Milei abrió el show con una versión de Demoliendo Hoteles, de Charly García. Entre los músicos estuvieron Lilia Lemoine y Alberto “Bertie” Benegas Lynch, quienes compartieron escenario con el mandatario en un evento que combinó estética de recital y retórica de campaña.

Desde el escenario, el Presidente lanzó un mensaje directo al kirchnerismo:

“Escuchaste, kirchnerista, pudiste ganar un round pero todavía no ganaste la batalla, y mucho menos la guerra”, desafió, en alusión al resultado electoral en la provincia de Buenos Aires.

Mientras el país enfrenta una inflación interanual que supera el 170%, un aumento del desempleo y tensión en el sistema sanitario y educativo, el mandatario alentó cánticos como “El que no salta es kuka” y “Cristina tobillera”, en referencia a la prisión domiciliaria de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Durante el evento también se proyectaron imágenes con estética de ciencia ficción, donde Milei aparecía enfrentando a dirigentes opositores y medios de comunicación a los que calificó como parte del “lado oscuro”.

En otro tramo del acto, Milei ratificó su respaldo a Israel en el conflicto con Gaza y se refirió a ese país como “el bastión de Occidente”.

Pese al tono festivo, el contraste con la realidad económica fue inevitable: mientras miles de argentinos lidian con salarios depreciados, aumentos en transporte y alimentos, el Presidente dedicó la noche a cantar y arengar a su militancia libertaria.

El acto, más propio de una gira de campaña que de una presentación literaria, volvió a dejar en evidencia el estilo performático de un mandatario que, aún en plena crisis, parece más cómodo sobre el escenario que en la gestión.