El delantero estrella de Gimnasia contó su dura infancia en Tucumán, las ganas de conocer a Messi y las charlas que tuvo con Maradona
Luís Miguel Rodríguez, jugador de Gimnasia de La Plata, no suele dar entrevistas a la prensa. Sin embargo cuando brinda entrevistas a los periodistas, sorprende con varios títulos.
Esta vez fue a ESPN F90, programa que conduce Sebastián Vignolo, donde el “pulga” comenzó manifestando que: “Me llamo Luis por un hermano de mi papá y Miguel por un hermano de mi mamá. Nada que ver con el cantante, no había tele en ese momento en casa, somos nueve hermanos, ja”.
En ese sentido, agregó: “Mi viejo era albañil y mi mamá se dedicaba a cuidarnos a nosotros. El único que trabajaba era mi papá. Yo laburé ocho meses con mi viejo, no quería jugar más cuando tenía 19 años. Hacía la mezcla en la obra. Y me di cuenta que tenía que volver al fútbol…”
“Todo el tiempo estaba con la pelota. Era el único juguete que tenía. Para llegar a ser profesional me costó muchísimo, fue muy duro. Hoy por hoy los equipos cada vez corren más, hay que tener mucho cuidado. No hay que marearse y volverse loco, hay que seguir compitiendo” detalló el ex Colón.
Además, comentó una anécdota de como consiguió sus primeros botines: “No hice Inferiores, en Tucumán no existe el baby fútbol. Mis primeros botines me los compró mi papá en la feria de Simoca. Tenían que durar hasta el día de hoy, me los compró 39 y calzaba 32, ja”.
Por otra parte, remarcó su dura infancia en Tucumán con sus 8 hermanos: “Faltaba comida en casa, comíamos nosotros y mis viejos no. A veces mi papá hacía changas y no le pagaban. Teníamos dos habitaciones, el comedor de noche era habitación. Era complicado. Cuando vuelvo al pueblo, pongo los pies sobre la tierra. Mi vieja todavía vive en esa casa. Seguimos siendo muy unidos con mis hermanos, no tenemos problemas”