La Cámara de Apelaciones ratificó el fallo del juez Federico Atencio. Ahora deberán diseñar un plan para enriquecer la currícula del nene.

Publicado el: 7 abril, 2022 Publicado por: luis Comentarios: 0

La Justicia platense volvió a fallar en favor de Benjamín, el pequeño de 6 años superdotado a quien se le negaba la posibilidad de pasar a tercer grado.

De esta forma, la Dirección General de Cultura y Educación (DGCyE) bonaerense deberá diseñar un programa en conjunto con el colegio para enriquecer la currícula del nene o que pueda volver a adelantar un grado de ser necesario.

Así lo resolvió la Cámara de Apelación en lo Contencioso Administrativo de La Plata que le dio la razón al fallo de primera instancia resuelto por el Juzgado N° 1 de Garantías, a cargo del juez Federico Atencio.

Hay que recordar que el conflicto se inició cuando el alumno, que ahora tiene 6 años, quedó en medio de una puja porque, pese a haber rendido el examen para saltar un curso a fines del 2020 y haber asistido durante medio año a tercer grado, el Ministerio de Educación bonaerense lo quería obligar a retroceder hacia segundo.

Sin embargo, el resultado de la discordia fue positivo para Benjamín y su familia, que habían presentado un amparo judicial porque consideraban que se estaban vulnerando los derechos de su hijo por obligarlo a repetir un curso que ya rindió.

El caso de Benjamín marca un precedente a nivel nacional para otras personas que tengan su misma condición, ya que la sentencia del juez le ordenó a la Dirección General de Cultura y Educación realizar un proyecto pedagógico adecuado a sus altas capacidades, teniendo en cuenta su parte social y emocional de cara al futuro.

La historia del chico superdotado platense comenzó cuando la maestra jardinera de salita de 3 escuchó perpleja la respuesta de su alumno a una fábula que leyeron en clase: “No puede ser. Los lobos no hablan ni tampoco se ríen”, le aclaró. La mujer se dio cuenta que su cabeza trabajaba a otro nivel: en ese momento, el nene ya sabía sumar y restar y también había procesado por su cuenta la tabla del 2, cuando le preguntó a sus padres cuánto era el doble de 80.