Pese a que la ciencia indica que esto no es posible, la periodista mostró varias fotos con clips y hasta un cuchillo pegados a su brazo y asegura que se debe a la vacuna.

Publicado el: 7 junio, 2021 Publicado por: Luca Comentarios: 0

Rocío Gómez es una periodista platense que asegura haber quedado “imantada” tras ser inoculada con la vacuna de AstraZeneca, aunque los expertos indican que esto no es posible.

Desde hace días circulan en Facebook, Twitter y algunas plataformas digitales mensajes, fotos y vídeos para defender la tesis de que las vacunas contra la covid-19 contienen “soluciones metálicas” que magnetizan la zona del brazo donde son inoculadas. Lo cierto es que la comunidad científica mundial indica que el fenómeno de la imantación no es posible.

Las fotos que la periodista subió a sus redes sociales, en las que se la ve a ella con clips y hasta un cuchillo pegados a su brazo, rápidamente se volvieron virales.

“Estaba imantada. No lo podíamos creer, era algo fuera de lo común”, sostuvo la periodista, quien también remarcó que tomó fotos del momento.

El miércoles pasado, recibió su turno en el marco del plan de vacunación que lleva a cabo el Gobierno nacional y concurrió al Estadio Único alrededor de las 11 de la mañana.

Según el relato de Rocío, tras se inoculada, volvió a su casa donde su pareja le propuso “probar algo que había visto en Internet”. “Mi pareja se reía, yo que no creo en esas cosas virales, no le di mucha bola”, explicó.

“Agarró unos clips de oficina normales y otros que son como mariposa, más pesados, y me los empezó a poner en el brazo donde me habían aplicado la vacuna. El decía que se me iban a quedar pegados, me parecía una locura”, remarcó la periodista platense.

Lo insólito es que Rocío asegura que los clips quedaron adheridos a su brazo izquierdo. “No se caían, se me quedaban pegados. Yo movía el brazo a ver si se corrían y nada”, sostuvo la joven que documentó en fotos el supuesto hecho.

Y agregó: “Más tarde se me ocurrió -porque me puse a buscar en Internet obviamente-, probar con ponerme un cuchillo en el brazo donde me habían dado el pinchazo y se adhirió, la parte del mango se quedó pegada. Lo hice varias veces”.

“Yo fui muy contenta a vacunarme, es algo que realmente estaba esperando hace mucho tiempo. Si me hubieran dicho que iba a tener ese efecto, lo haría igual”, indicó Gómez a 0221.com.ar.

Lo cierto es que los expertos mundiales aseguraron que el fenómeno de la imantación no es probable. Cuando surgió el fenómeno viral, la comunidad científica salió al cruce y explicó que lograr una atracción que sujetara un imán en la piel con fuerza suficiente requeriría inyectar una gran cantidad de sustancia magnética, además de que ese material magnético líquido sería tan denso que no cabría ni por la aguja.

Por otro lado, lo que si se utiliza en muchas inoculaciones so las sales de aluminio o hidróxido de aluminio en forma de gel para potenciar la capacidad inmunogénica. Si bien es completamente inocua en el organismo lo cierto es que las vacunas contra el coronavirus no poseen este compuesto.

“Utilizar sales de aluminio es una técnica para aumentar la capacidad inmunogénica de las vacunas que se utiliza hace más de 40 años. Esas sales de aluminio son inertes y no reaccionan con nada del organismo. Se utilizan hace mucho tiempo en distintas vacunas, como la antitetánica o la antidiftérica”, explicó Jorge Geffner, investigador de Conicet y médico infectólogo a Télam.

Su función es elevar el nivel de protección que genera en el cuerpo la proteína del virus que se utiliza en la vacuna.

“Sin embargo, ninguna de las vacunas que tenemos en Argentina contra el coronavirus utiliza complemento metálico. Tanto las vacunas de virus inactivado (Sinopharm), como las vacunas de adenovirus (Sputnik V, AstraZeneca) generan la respuesta inmune suficiente para no requerir este tipo de complementos”, explicó Geffner.